EL AUTOR: LORENZO COULLAUT VALERA.
Lorenzo Coullat Valera fue un artista muy valorado en su época, contando desde sus inicios con multitud de galardones, menciones y reconocimientos que le llevaron a afrontar numerosos encargos en Sevilla y en Madrid. En nuestra ciudad dio muestras de su talento con el Monumento a la Inmaculada Concepción (1918), cuya labor escultórica despertó los más encendidos elogios. Este trabajo fue un punto de inflexión en su carrera, puesto que venía a confirmar el éxito obtenido por el Monumento a Bécquer y lo encumbraría como uno de los escultores fundamentales en la producción requerida por la Exposición Iberoamericana.
La obra de Coullaut Valera es fruto de las tendencias de su época tamizadas por su experiencia personal y sobre todo por su formación profesional que se inició en la academia cordobesa de la mano del padre de Julio Romero de Torres y se forjó al tiempo bajo la supervisión de Antonio Susillo primero y Agustín Querol después. Las aportaciones que recibió gracias a sus múltiples viajes forjó un estilo romántico y una formidable capacidad narrativa, ejemplo de esta época propia de transición de ideas estéticas, donde se conjugan principios realistas, modernistas, académicos y románticos.
Cultivó todo tipo de temas y formatos, siendo muy prolífico a lo largo de su trayectoria. Quizás por su repercusión en la vida cotidiana es especialmente recordado por su aportación a la estatuaria urbana, contando en Sevilla con algunos ejemplos ya citados a los que puede sumarse el Monumento a Colón de los Jardines de Catalina de Ribera, parte de las Victorias Aladas de la Plaza de América o dos de las alegorías que presiden la Glorieta de Covadonga, también ubicada en el Parque de María Luisa.
Uno de sus discípulos más aventajados, el escultor Enrique Pérez Comendador, dijo de él que fue “hombre activo, bondadoso, fino y educado, dicharachero y, a veces, andaluz de los buenos, su mijita zumbón. Natural y nada engolado, pese a su fama, gustaba del trato con los jóvenes; nunca le oí denostar a otro artista”. En su localidad natal, Marchena, un museo dedicado a su figura y enclavado en una de las puertas de la antigua muralla de la villa nos permite acercarnos a su obra y recuerdo.

1911. Lorenzo Coullaut Valera ultima los detalles del Monumento días antes de su inauguración.
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